En conferencia, el entrenador xeneize se mostró intranquilo con el rendimiento del equipo luego del agónico 2-1 de la T. Aseguró que “no encontramos el ritmo del partido” y que “pecamos de ingenuos en los últimos metros”.
Boca sigue sin levantar cabeza en la Bombonera, donde aún no ganó en este 2021, sufrió una agónica derrota 2-1 ante Talleres y se aleja de los primeros puestos de su grupo en la Copa Liga Profesional. Pero la preocupación no solo pasa por el lugar de la tabla, sino además por el funcionamiento del equipo, que hoy no pateó al arco en más de 90 minutos. Luego del traspié en casa, Miguel Ángel Russo analizó el encuentro y puntualizó en las falencias del Xeneize.
“Nos cuesta mantener la regularidad. Tenemos algunos jugadores jóvenes, que son lo que más cuestan, pero hay que seguir trabajando con ellos”, abrió el entrenador azul y oro en conferencia de prensa. Y agregó: “Me preocupa no mantener los niveles individuales partido tras partido porque ahí sostenemos lo colectivo. Cuando tenemos una baja notoria en el rendimiento individual es donde más nos cuesta”.
Además, el DT del conjunto de La Ribera ahondó sobre la postura de la T que complicó los planes locales: “El rival se encontró con un gol muy pronto, hizo su juego, tuvo sus espacios. Nosotros nunca encontramos el ritmo del partido. Eso se encuentra con la pelota y no se puede jugar bien si no la tenés”.
Por último, consultado por la vuelta a la línea de cuatro defensores luego de que la de tres hombres fue de lo más destacado ante River, Russo indicó: “Uno toma la decisión de acuerdo a lo mejor que sea. A Marcos (Rojo) lo venimos llevando de menor a mayor y necesitamos que se ponga bien sin necesidad de apurarlo en su proceso de recuperación”. Y concluyó: “No fuimos inteligentes. Lo tuvimos que ir a buscarlo pero de forma ordenada, no desesperados. Pecamos de ingenuos los últimos minutos”.
La polémica en el final: el penal que no le cobraron a Fabra
A pesar del flojo rendimiento del conjunto dirigido por Miguel Russo, un reclamo en el cierre dejó algunas dudas en lo que terminó siendo el resultado definitivo. A los 44 minutos de la segunda parte, Sebastián Villa vio pasar a Frank Fabra por el carril izquierdo y le puso un gran pase en profundidad. Pero cuando éste se dispuso a tomar la pelota, llegó la ajustada marca de Schott.
Los dos jugadores quedaron sentados en el piso. El de Boca levantó su mano pidiendo infracción, el de Talleres, agitó su dedo en señal de que no lo había tocado. Sin darle mucho valor a la insistencia del colombiano, Rapallini marcó tiro de esquina muy convencido. De todas formas, la repetición que otorgó la transmisión levantó la polémica.
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