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miércoles, 8 de abril de 2020

Claudio Benetti: “Boca es el amigo que nunca te abandona"

El héroe del empate ante San Martín de Tucumán que le permitió al Xeneize coronarse en el Apertura 1992 recopila sus mejores recuerdos, entre la tristeza por quienes lo olvidaron y su fanatismo por el club.

Claudio Benetti: “Boca es el amigo que nunca te abandona'

En tiempos de cuarentena nada mejor que parar la pelota, levantar la cabeza y pensar... Eso también le ocurrió a Claudio Benetti aquel 20 de diciembre de 1992, cuando controló el balón en tres cuartos de cancha y ante la atenta mirada de Héctor Chazarreta, que poco pudo hacer, se metió en él área y definió cruzado con pie derecho para vencer a Francisco Guillen y poner el grito en el cielo de La BomboneraOnce años habían pasado desde el último título conseguido en el 81 de la mano de Diego Maradona. Y su apellido quedó marcado para siempre en la historia xeneize.


“Recuerdo que el lunes previo al domingo del partido, el Maestro (Oscar) Tabárez me dijo al término de esa práctica que iba a ser titular. (José Luis) Villarreal y (Rubén) Pereira estaban lesionados y yo tenía que hacer lo que venía mostrando”, contó el hombre que en febrero cumplió 49 años.

No fue un partido más frente a San Martín de Tucumán. Boca con el empate era campeón. River debía superar a Argentinos en cancha de Ferro y esperar que el eterno rival perdiera de local. Sorpresivamente para muchos, incluidos algunos jugadores del Santo, Rafael Solbes puso en ventaja al visitante en el primer tiempo. El escenario se presentaba incómodo y la presión de la hinchada se hacía sentir cada vez más. “El Maestro nos dijo una sola cosa en el entretiempo, que siguiéramos jugando de la misma manera”, recordó Benetti. Y siguió: “Cuando saltamos al campo de juego para el segundo tiempo, los más grandes se hicieron cargo de la situación: el Mono (Carlos Navarro Montoya), (Alberto) Márcico, (Blas) Giunta, (Carlos) Tapia, que nos mostraron cuál era el camino para revertir lo que estábamos viviendo”.

Apenas dos minutos tardó aquel joven mediocampista en tomar contacto con la pelota no solo para empatar sino para inmortalizar un festejo que se repitió hasta el día de hoy. “Lo que vimos en el grito de Carlitos (Tévez) contra Gimnasia es lo que sentí yo aquel día con los tucumanos. Pero creo que yo fui el que más alto se trepó”, sonríe. “Llegué tan alto que tenía a La 12 casi cara a cara, me quería abrazar con cada uno de los hinchas que estaban en la cancha”, aseguró.

A la hora de destacar vivencias de esos primeros pasos en el fútbol profesional recuerda su llegada al club: “A los 13 me vine de Córdoba. Me preparé para jugar en Boca y gracias a Dios tuve al Maestro (Tabárez), quien me hizo debutar y le estaré siempre agradecido. Cuando nos pagaron los premios por el campeonato, vino y me dijo 'vaya y cómprese una casa'. Le hice caso y esa casa que compré es en la que viven mis hijos. Además pude ayudar a mis padres a arreglar la de ellos en Córdoba. Esas fueron las enseñanzas más importantes que tuve”, sentenció.

Las anécdotas con compañeros de ese plantel también forman parte de sus recuerdos. “A Giunta lo vi golpearse la cabeza contra la pared del túnel antes de salir a jugar, decía que era su forma de motivarse y de calmar la ansiedad. (Roberto) Cabañas hacía 1000 abdominales por día en cuatro series de 250 cada una, un animal. A Márcico lo vi infiltrarse en reiteradas oportunidades para no perderse ningún partido. Cuando veía todo eso, sumado al sacrificio de miles y miles de hinchas que daban cualquier cosa por ir a ver a Boca, más ganas me daban de correr, de jugar y de meter”. 

Si bien su estadía como profesional en el club de sus amores fue corta, Benetti asegura: “Boca es el amigo que nunca te abandona. Todo lo que he logrado se lo debo al club”. Pero, más allá del agradecimiento y del cariño que tiene por la azul y oro, el cordobés confiesa que en los últimos años no pudo entrar al templo, como la llama a La Bombonera: “Fui cuatro veces con mi hijo y entré una sola. Las otras tres me tuve que volver a mi casa llorando. Me decían que no sabían quién era y no me dejaban entrar".

- ¿Y con el cambio de dirigencia no intentaste volver en estos últimos siete partidos del campeonato?

La verdad que no. Con lo que me pasó no quiero revivir momentos como esos. Ojalá que cambie. Yo siento que le vino muy bien al club la llegada de (Juan Román) Riquelme y todo su equipo de trabajo.

Benetti se emociona cuando habla de Boca. Pero también expresa sus sentimientos por Belgrano, el equipo de su niñez. “Cuando mandó a River a la B estuve tres noches sin dormir. Me pinté con témpera todo de celeste y salí a las calles para festejar”, reconoce. Se mete de lleno en la rivalidad con el Millonario y no duda: “Prefiero mil veces perder una final que la categoría. Esa es una mancha que no se borra jamás”.


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