Sebastián y Jaime viajaron desde Medellín para estar cerca de Boca.
El fanatismo no entiende de lógica. Mucho menos de horarios "normales". Que un grupo de treinta colombianos se haya acercado por la madrugada al hotel Marriott de esta ciudad, a la espera de la llegada de Boca , y que la guardia se haya mantenido durante toda la jornada, es una situación que sólo explica el fútbol.
Algunos llegaron a las 4 de la mañana. Otros, antes. Para Jaime y Sebastián Vargas fue toda una aventura. Ellos viajaron desde Medellín en avión y se quedarán cerca del equipo xeneize hasta el jueves.
"Nosotros nos hicimos fanáticos de Boca en el 2000, gracias a las actuaciones de Oscar (Córdoba), el Patrón (Jorge Bermúdez) y del Chicho (Mauricio Serna)", explican con orgullo. Y agregan: "Y después seguimos al equipo por Román". Ni nombre principal, ni apellido. La contraseña internacional para hablar de Juan Riquelme es "Román".
No fue la primera locura que hicieron por el equipo que hoy dirige Rodolfo Arruabarrena. En 2015 viajaron en auto los 4637 kilómetros que separan a Cali de Buenos Aires, sólo para conocer la Bombonera. "Para sentir lo que se vive allí", se emociona Sebastián.
Las horas pasan y no hay evidencias de que los integrantes del plantel salgan a saludar a los hinchas. Pero ellos no se desaniman y gritan cada vez más fuerte. "Que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar", es uno de los hits preferidos. Eso y cánticos contra River, el clásico rival.
Boca se siente mimado en Cali, con el aliento permanente de los fanáticos colombianos. Al menos vivirá eso hasta que este miércoles la pelota comience a rodar en el estadio del Deportivo Cali, y que el debut en la Copa Libertadores 2016 sea una realidad.
pl/gs.
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