Otra vez dejamos pasar una buena chance. Si bien en el partido nunca nos superaron, hay que decir que nos perdonaron en varias ocasiones y que en vez de aprovecharlo, volvimos a dejar escapar otra buena oportunidad. Y esta sí que fue la última, porque si había una mínima posibilidad de lograr una remontada histórica y salir campeón, se acaba de ir con el pitazo final de Diego Abal, de pésimo arbitraje.
Fácil podría agarrarme del penal que no nos dieron la fecha pasada ante Colón, sobre la hora y que podría haber significado el triunfo. O recordar que ante River Pitana jugó con la banda cruzada en el pecho. O el de ahora sobre Riaño, que bien podría cobrarse como no. Pero como dije en su momento, lo de Boca es más preocupanteporque no hace los méritos suficientes como para que uno piense que el triunfo era lo más justo.
Contra San Lorenzo, un equipo que lejos estuvo de ser el que se consagró pese a tener los mismos nombres, se sufrió menos que en otros encuentros. En fin, como viene sucediendo casi siempre. Atrás parecemos firmes, ahora no nos convierten, pero arriba no creamos una sola situación de riesgo. Y para peor, cuando la tenemos, la despilfarramos.
Gigliotti, otra vez, tuvo la suya en el primer tiempo y la mandó a la tercera bandeja; y en el segundo tiempo le rebotaron todas. También lo tuvo 'Pichi' Erbes, quien remató recto a Torrico. Lo mismo con Riaño, quien tiró un 'pif' tras un pase estupendo de Luciano Acosta (lo más simple, aunque suene raro, era que el ex San Martín de San Juan gane en velocidad a Torrico, quien salió a destiempo. Pero no, prefirió apuntarle al pecho). Y al final el propio chiquitín Acosta, que volvió a tapar el uno rival.
Sin embargo, Boca no estuvo fino, como tampoco San Lorenzo, que nos perdonó una con Piatti en el primer tiempo y otra en donde Orion demostró por qué merece ser el arquero titular de la Selección robándosela a Ángel Correa. Y nos volvieron a perdonar con la expulsión que nos regaló Romagnoli, la figura hasta el momento, aunque la del partido fue Juan Forlín.
Párrafo aparte para el "Pipi", que dejó en ridículos a Hernán Grana – sigo sin entender por qué juega en Boca, ni siquiera sabe tirar un centro y menos marcar –, y a Emanuel Insúa, a quien sus padres le dieron un físico enorme que no sabe utilizar. No se entiende cómo pueden chocar con un tipo de 33 años, cansado y en velocidad, con varias lesiones encima, pero que éste lo cuerpee y le gane!
Volviendo al diez del "Ciclón", que nos regaló esa chance, junto a la de Orion del minuto anterior sobre Correa. Estaba todo dado para que nos ilusionemos con un triunfo. Pero no.San Lorenzo terminó haciendo tiempo, nosotros no lo aprovechamos y chau campeonato.Por: Daniel Veuthey
