Después del escándalo que suspendió la Superfinal de la Copa Libertadores, el presidente Angelici pactó con Domínguez, de la Conmebol, que no pediría los puntos, pero otros dirigentes piensan lo contrario y en el medio están los jugadores. ¿Qué pasará?
El día después del bochorno reina la incertidumbre. Si bien la final de la Copa Libertadores entre River y Boca está pautada para este domingo a las 17 y el presidente Daniel Angelici le aseguró a Alejandro Domínguez, su par de la Conmebol, que no pediría los puntos tras el ataque al micro, pero otros dirigentes piensan lo contrario.
Distintos directivos comparan la situación con lo que pasó en 2015 a la inversa con el episodio del gas pimienta en La Bombonera, por eso creen que la organización debería darle por ganado el partido al Xeneize. Sin embargo, el mandamás tiene la intención de respetar el pacto y jugar el partido.
La otra pata de la historia pasa por los jugadores. ¿Y si se vuelven a plantar y no quieren jugar sin su capitán Pablo Pérez, quien no estaría en condiciones? Así como Carlos Tevez y Fernando Gago marcaron la postura firme de no salir a la cancha el sábado en los pasillos del Monumental, podría repetirse la historia.
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