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martes, 30 de mayo de 2017

Las dudas de Boca: hasta el presidente Angelici está preocupado por el bajo nivel futbolístico y anímico

El presidente tuvo una larga charla con Guillermo Barros Schelotto, a quien siempre respaldó; le expresó su sorpresa por el flojo rendimiento mostrado por el líder en los últimos partidos

Boca busca reactivar su factor anímico

 Es cierto que Daniel Angelici respaldó más de una vez a Guillermo Barros Schelotto , hasta le ofreció públicamente la renovación de su contrato a partir de junio; incluso dijo que su continuidad no iba a depender de siBoca era o no campeón. Pero ayer la visita al entrenamiento en Casa Amarilla también se vistió de preocupación. De mucha preocupación. El presidente xeneize, se presentó en la vuelta al trabajo xeneize y se mostró muy sorprendido por las últimas actuaciones del equipo, hasta teme que el grupo no encuentre respuestas para sobreponerse a la adversidad. Una muestra de la tensión de Angelici es que no bien volvió de España (donde negoció con Sevilla la rescisión del contrato de Sampaoli), se fue para el club. También habló de los arbitrajes con el Mellizo. La presión en el mundo Boca es grande. ¿Por qué? Hay muchas cosas en juego y ya no quedan cartas en el mazo. Boca sabe que la última la tiró el sábado y, con el empate de River, no salió mal parado. Eso desde los números. En cuanto al juego... Y aunque el dolor por el 1 a 1 sobre la hora frente a Huracán no cesó, la igualdad de los de Núñez frente a Rosario Central trajo algo de alivio. Apenas eso.


Sobre esa base, Boca debe reconstruirse. De volver a encontrarse e intentar ganar los cuatro partidos que lo separan de la vuelta olímpica. No será una tarea sencilla. El factor anímico viene teniendo un papel muy grande en 2017: pegó fuerte la primera derrota como local ante Talleres (2-1), el grupo se llenó de dudas las veces que Ricardo Centurión (imprescindible dentro de la cancha para el plantel) se lesionó, les afectaron los dos empates ante equipos muy inferiores (Patronato y Atlético de Rafaela) y el 1-3 en el superclásico terminó de ser un bajón para muchos.

Si hoy los jugadores no están completamente "destruidos" como sí se los notó en el vestuario visitante del Tomás Adolfo Ducó, es solamente por la inmejorable chance que desechó el Millonario de poner en aprietos el primer puesto que Boca ostenta desde diciembre. "Se dieron cuenta de que en este campeonato puede darse cualquier resultado y que River no tiene asegurados todos los puntos que faltan jugarse. Los levantó el hecho de que vuelve a depender de nosotros", le aseguró a LA NACION una fuente cercana al plantel. Sin embargo, saben que no pueden dar otro paso en falso el domingo, ante Independiente.

Boca se acostumbró a deprimirse fácil. Y eso derivó en un pozo futbolístico del cual no logra escapar e inseguridades que incluyen a los Mellizos, que en los últimos partidos prefirieron cambiar las ansias de atacar con tres delanteros para ser más precavidos y sumar un volante. Un par de victorias recientes (Arsenal y Newell's) ocultaron falencias que arrastra desde que comenzó el año, tanto en la última línea como en el plano ofensivo, donde perdió su poder de fuego. Por eso esa celebración enojada de Darío Benedetto en su último gol, haciendo gestos en los que les gritaba a sus compañeros: "¡Una a mí. Una a mí!", reclamándoles la falta de oportunidades que tiene por partido, pero a pesar de ello sigue anotando y es el máximo artillero del campeonato, con 16 conquistas.

En el otro extremo aparece su compañero en ataque: en 2017, Cristian Pavón sólo anotó dos tantos en 12 partidos, ante San Martín y Vélez. El cuerpo técnico tampoco está conforme con el nivel de Pablo Pérez. Desde aquel episodio en el que le pegó a un juvenil y fue expulsado de una práctica, no termina de afirmarse en el equipo. Tal vez sea una de las víctimas del constante cambio de esquema que ejecutan los Mellizos. Con Barrios y Gago, por momentos los roles no quedan claros.

Guillermo Barros Schelotto ya parece resignado con el nivel de su equipo, aunque su diagnóstico del juego sea lógico: "El sábado jugamos mal 75 minutos, cuando llegó el gol. No íbamos a intentar hacerlo bien en los 15 restantes", declaró tras la igualdad. Ahora tampoco tienen tiempo para mejorar tanto. Buscarán más bien recuperar la fortaleza mental y preocuparse sólo por obtener los tres puntos.

En este contexto, la entidad boquense parece volver a encomendarse a Ricardo Centurión, que volvió a desafiar los límites y, a 15 días de sufrir un desgarro en el isquiotibial derecho, realizó algunos movimientos a la par de sus compañeros. Aunque los Barros Schelotto sean cautos, de no mediar imprevistos, podría ser titular el domingo. No sería la primera vez que el delantero se recupera antes de tiempo: hace tres fechas, contra Estudiantes, regresó al equipo apenas 21 días después de sufrir un esguince en su rodilla izquierda.

Tal vez no sea lo más aconsejable, pero la falta de variantes obliga al cuerpo técnico a recurrir otra vez a un hombre que no está pleno. Porque quedó demostrado que sin Centurión, el equipo cambia de ritmo ni despega. Sin embargo, es una jugada riesgosa tanto en lo físico como en lo anímico. El N°10 quedó otra vez en el centro de una escena ajena al fútbol por una denuncia de violencia de género que realizó su ex novia Melisa Tozzi. Ricky no está bien y por eso, según pudo averiguar la nacion, la dirigencia y el cuerpo técnico le aconsejaron que deje todo en manos de sus abogados y sólo piense en el equipo, así como a sus compañeros les ordenaron que no hicieran declaraciones al respecto.

Los Mellizos no tienen más cartas que jugar más allá de intentar la reacción anímica. Mientras tanto, se verá si la visita de Angelici de ayer genera alguna duda en el final de la historia. O, si como dijo el presidente, habrá continuidad pase lo que pase.


  La renovación de Centurión, más lejos

La dirigencia xeneize estaba convencida de invertir los 6.300.000 dólares por el pase de Ricardo Centurión, cuyo pase le pertenece a San Pablo, de Brasil. Sin embargo, la denuncia por violencia de género que vincula al Nº 10 cambió el mapa: es la cuarta situación extra futbolística desde que llegó a Boca y, en el club, pocos quieren tener un jugador así. El mismo Guillermo se molestó y repudió cualquier hecho semejante: "Nos debemos una charla más profunda", aclaró hace una semana. Encima, el parámetro para terminar de decidir su compra era el semestre actual, donde Ricky se lesionó tres veces y, en efecto, jugó menos de la mitad de los partidos (5 de 12), anotándole apenas un gol a San Martín de San Juan.

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