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martes, 9 de mayo de 2017

Con Agustín Rossi, Boca ganó en solidez y llega al clásico con una buena racha sin recibir goles

Con el nuevo arquero, el conjunto de la Ribera llega al superclásico con 270 minutos sin que le conviertan; el arquero mantuvo su valla invicta en cinco de sus nueve partidos en el año.

Agustín Rossi en el arco de Boca

La astillada institucionalidad en la que se bamboleaba el fútbol argentino durante el verano había dado lugar a una pretemporada inusitadamente extendida. Ese prolongado período de preparación permitió que los técnicos acumulasen un ensayo tras otro y analizasen determinaciones sin apuro. En Boca , una decisión de peso tomada por Guillermo y Gustavo Barros Schelotto fue apostar por el recién llegado Agustín Rossi como arquero del líder del torneo.




Con 21 años y apenas 13 partidos en primera división (tres en Estudiantes y diez en Defensa y Justicia), Rossi había arribado al club de la Ribera como única alternativa posible ante la ausencia del futbolista de experiencia que los Mellizos reclamaban para el puesto. Su contratación aparecía entonces apenas como una ampliación del plantel. Pero se ganó su lugar.

En los nueve partidos que Boca afrontó en el año, mantuvo su arco cerrado en cinco y llegará al superclásico del domingo con un acumulado de 270 minutos sin recibir goles. En las 14 fechas del torneo desarrolladas en 2016, Guillermo Sara había mantenido su arco en cero en cuatro de los 11 partidos que jugó y su mejor serie de invulnerabilidad fue de 215 minutos; mientras que Axel Werner había recibido goles en los tres partidos que disputó.

A fines de enero, en la previa del choque con River en el estadio José María Minella, de Mar del Plata, Guillermo tenía una posición tomada: "En el medio local, Werner está a la altura de ser el arquero de Boca y es el titular. Pienso en el equipo contra Banfield para el reinicio del torneo con él como titular". Sin embargo, el 11 de marzo, Rossi custodió el arco en la primera victoria xeneize del año, en el sur de conurbano bonaerense. Desde entonces, el juvenil formado en Chacarita le dio la razón a la elección del cuerpo técnico con reacciones ágiles -pese a su contextura-, buena ubicación, movimientos seguros y una personalidad que se ajusta a las exigencias de un equipo grande.

Los Barros Schelotto, que observaron con grata sorpresa cómo desde su llegada Rossi se animó a ordenar con gritos a zagueros experimentados como Santiago Vergini y Juan Manuel Insaurralde, apostaron por un arquero que se ajustaba a su estilo de juego. Forma parte del inicio del circuito de pases con el que el equipo prioriza jugar al ras del piso y se impone en el juego aéreo a partir de su 1,94 metros de estatura.

Rossi tiene la particularidad de haber sido dirigido por nueve entrenadores en los menos de 45 partidos que lleva como profesional. Uno de ellos fue Aníbal Biggeri, que en diálogo con LA NACIÓN recordó que cuando se hizo cargo de Chacarita encontró "un chico con mucha personalidad y que impresionaba parado en el arco". "Ahora juega en uno de los equipos más grandes de Argentina sin que le pese la camiseta y con esa misma actitud que tenía en el ascenso".

Con un corto recorrido en la máxima categoría del fútbol argentino, Rossi se prepara para jugar su primer superclásico ante River. En la Bombonera buscará extender el invicto de su arco, ratificar su consolidación y comenzar a meterse en el corazón de los hinchas.

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