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martes, 28 de febrero de 2017

Axel Werner: "Fue un error grosero, pero sirvió para valorar más lo que estoy viviendo"

La lesión de Sara y los "no" de Andújar y Romero lo impulsaron al arco de Boca; la falla ante Aldosivi y la lucha con Rossi: "Me vino todo de golpe, aunque lo disfruto", dice quien atajaría ante Banfield

Axel Werner

Hasta el 11 de diciembre pasado, Axel Werner transitaba una etapa de su corta vida profesional en la cual se entrenaba con constancia, seriedad y paciencia, con el objetivo de estar listo para cuando le tocara debutar en la primera de Boca. La chance parecía lejana y esporádica. Pero de un día para otro, todo cambió, y hoy su presente es completamente diferente. Primero fue la inoportuna lesión de Guillermo Sara (luxación del hombre derecho) lo que lo obligó a preparar su estreno, nada menos que frente a River en el Monumental, con poco más de 24 horas de anticipación. Y luego, ya en el receso estival, la negativa de Estudiantes a transferir a Mariano Andújar y la de Sergio Romero a regresar a la Argentina lo catapultaron como el arquero titular, al menos hasta que en mayo Sara, su amigo y coterráneo, vuelva a la actividad.




Antes de aquél domingo bisagra, y a pesar de sus 191 centímetros de altura, Werner podía caminar por la calle como un desconocido más. Ahora, ya no. En el breve tiempo libre que tuvo el plantel xeneize durante su estadía en Mar del Plata en enero, el rafaelino descubrió de qué se trata el "Mundo Boca". Salió a dar una vuelta por la calle Alem, en la zona de Playa Grande, ingresó a un local de ropa y la puerta del negocio colapsó de fanáticos y curiosos, sedientos de una selfie o un autógrafo del pibe.

A comienzos de febrero, también en la ciudad feliz, terminó de comprender la magnitud que significa ser el guardavallas xeneize. Iban apenas 7 minutos de un amistoso ante Aldosivi cuando, como consecuencia de "un grosero error de cálculo", debió ir a buscar la pelota al fondo de la red tras un pelotazo desde atrás de la mitad de la cancha de Cristian Llama. Su nombre y su blooper coparon la twittósfera, con memes y críticas, algunas de ellas despiadadas. Frente a esa revolución, Axel redobla la apuesta. Todo indica que será titular el domingo ante Banfield y él se exhibe preparado para absorber la presión y la exposición mediática que se le vino de repente. En la charla con la nacion dice estar listo para afrontar el gran desafío de custodiar los tres palos de Boca, el actual líder del torneo de primera división.

-¿Cómo estás frente a tantos cambios?

-Es lógico que te movilice el hecho de jugar y de tener más contacto con la gente, que empieza a reconocerme. Es una realidad. Si eso viene de la mano de jugar y de tener continuidad, bienvenido sea. Lo disfruto mucho. Le busco el lado positivo, porque además de que el reconocimiento de la gente es muy lindo y te reconforta mucho, viene nada más y nada menos que de la mano de jugar, y eso es lo que más me gusta.

-¿Sentís que la insistencia por sumar otro arquero al plantel, como fue el caso de Rossi, pone en duda tu capacidad para hacerte cargo del arco de Boca?

-No. No lo tomo como un acto de desconfianza hacia mis condiciones. Entiendo la necesidad de buscar otro arquero y creo que es algo súper respetable y entendible. Es algo que demanda Boca: tener cubiertos todos los puestos de la mejor manera. Y es como dice el técnico, se lesionó un arquero y lo normal es traer otro para mantener al plantel equilibrado. Lo tomo con tranquilidad, más allá de todos los nombres que se barajaron.

-Igual Guillermo siempre dice que "juega el que esté mejor".

-Seguro. Y eso no lo tomo como un voto de confianza hacia mí, sino que marca que estamos muy parejos en todas las líneas y en todos los puestos.

-¿Qué aprendizaje te dejó el error en el amistoso contra Aldosivi?

-Son errores que te hacen bajar a la Tierra, que te permiten empezar a valorar mucho más todo lo que te está pasando. Lo positivo fue que pude salir rápido de esa jugada y meterme de nuevo en el partido. Siempre hay revancha.

-¿Sos de volverte a ver en los partidos para corregir y mejorar algunas cuestiones técnicas?

-Sí, es algo que no sólo ayuda mucho sino que es necesario para crecer. Tenemos una persona en el cuerpo técnico que se ocupa de entregarnos los compactos de nuestras actuaciones, para revisar cada una de las intervenciones. Y ahí nos sacamos algunas dudas. Muchas veces las acciones pasan rápido y no te queda una memoria visual de lo que pasó. Tener una vista periférica en un video, analizarlo y poder volver a verlo en detenimiento es algo muy positivo del que se pueden sacar mejores conclusiones y mucho provecho. Contra Aldosivi cometí un error grosero. Una falla de concentración.

-¿Cómo está el plantel?

-Este equipo logró un funcionamiento muy bueno a lo largo del campeonato, que a fin de año se acentuó más con los clásicos ganados y la última seguidilla de victorias, que han sumado un voto de confianza muy grande. Eso nos ha ayudado a tener unas vacaciones tranquilas y a volver de la mejor manera en esta pretemporada.

-¿Cuánto los puede afectar la salida de Tevez?

-Carlos era un jugador importante para nosotros, con mucha jerarquía. No voy a descubrir yo cuál era su influencia dentro del equipo, pero tomó una decisión personal y la tenemos que respetar. Eso, de alguna forma, nos obliga a dar más entre todos para evitar que se note su ausencia.

-El debut llegó más rápido de lo que pensabas.

-Si, es verdad. Uno siempre debe estar listo y se entrena para que las oportunidades lleguen, pero a veces se dan sin previo aviso y con poco tiempo para preparar el partido. Así fue todo. Muy rápido. Y hoy me toca estar parado en una situación completamente distinta a la de seis meses atrás.

-¿Pudiste disfrutar el partido con River?

-Lo viví con tranquilidad. Creo que todo el cuerpo técnico, y en especial el grupo de trabajo de los arqueros, me ayudó a tomármelo con naturalidad. Y si bien fue un compromiso muy importante, y uno de los partidos más difíciles por el marco y el contexto que implica debutar en un partido así, me parece que pude descansar bien. Seguro se me pasaron más cosas por la cabeza que lo normal, pero lo pude superar.

-Y encima quedaste en la foto del poster, con Guillermo a upa.

-(Se ríe) Si, es una foto que va a quedar en el recuerdo.

El juego con los pies

-En tus dos partidos oficiales, ¿tus compañeros abusaron del pase atrás? ¿Te expusieron?


-No lo sentí así. Tal vez lo que pasó fue que como había tantos ojos puestos en lo que hacía o cómo resolvía las situaciones, estuvieron todos más atentos a eso. Cada pelota que venía para atrás era preguntarse cómo iba a resolver el pibe. Lo veo por ese lado. Pero más allá de algún error, que es normal en los partidos, me sentí bien y me fui soltando con el correr de los minutos. Haber ganado en el Monumental y de esa manera fue cerrar mi debut en Boca de una manera bien redonda.

-¿Mejoraste el recurso?

-Estuve practicando bastante, ya desde fines de 2016. Y en la pretemporada, más.


"Me gusta, pero no soy filósofo ni profesor de literatura"

En las primeras entrevistas después de aquel estreno victorioso ante River (4-2) en Núñez, se deslizó un dato que resulta infrecuente para el común de los futbolistas: a Axel Werner le gusta leer. El tema se hizo recurrente en cada una de las charlas posteriores y cuando en el diálogo con la nacion comienza el ida y vuelta de títulos y autores, es el propio arquero el que siente la necesidad de explicar algo.

-Dejame hacer una aclaración. Tampoco soy un enloquecido de la lectura. (Se tienta) Vamos a decir la verdad y a desmitificar, porque si no se empieza a correr la bola de que soy filósofo y nada que ver. Ni filósofo ni profesor de literatura. Leo en los tiempos libres y es algo que me gusta. Esta profesión tiene la ventaja de que tiene mucho tiempo libre y yo en muchas ocasiones lo aprovecho para leer. Pero nada más.

-Vale entonces la aclaración, pero ¿desde cuándo comenzó tu gusto por la lectura?

-Mientras estudiaba (comunicación social) sólo tenía tiempo para los apuntes. Y cuando me vine a Buenos Aires empecé a tener más tiempo libre, que aproveché para leer un poco más.

-¿Algún libro que te haya marcado?

-La verdad que no. Mi viejo me regaló un par, pero evidentemente no tenemos gustos tan parecidos para la lectura. Siempre recomiendo el que acabo de terminar. Lo hice con uno de autoayuda, ahora suelo mencionar el de John Katzenbach que terminé, y si me preguntan en un mes voy a hablar del que estoy leyendo ahora, que se llama "Atrapada".

-Desde que llegaste a Boca, ¿Se contagió algún compañero de tu pasión por la lectura?

-Hay varios del plantel que leen, pero no como consecuencia de mi llegada. Seamos sinceros (vuelve a tentarse).

-¿Qué otra cosa te gusta hacer en el tiempo libre?

-Por suerte vivo en una ciudad como la de Buenos Aires, que es muy grande y en la que siempre encontrás algo para hacer: cine, teatro. Lo que tengas ganas de hacer, lo hacés. Somos varios los compañeros que estamos solos en la ciudad, hay muy buena onda y se hace todo más fácil. Estoy disfrutando la adaptación. No me costó para nada.

-Se te nota muy tranquilo, sereno, centrado. Por momentos hasta parecería que tenés más años de los 21 que marcan desde hoy tu DNI. ¿Qué te saca de las casillas? ¿Qué te pone nervioso?

-Creo que mi profesión, y más mi puesto, me obliga muchas veces a, no sé si crecer de golpe, pero sí a tener actitudes y a comportarme de una manera más adulta que otros chicos de mi edad. Porque de repente te toca competir por el puesto con un compañero que tiene 10 años más que vos, y esa seriedad, esa tranquilidad, la tenés que tener. Pero más allá de eso me considero un tipo tranquilo. Tengo mis sobresaltos y enojos, soy bastante calentón, pero así como me caliento se me va rápido.

-¿Y cuáles son las cosas que te enojan?

-A veces soy impulsivo. El insulto o una mala contestación me hacen enojar rápido. No la mala educación, sino la soberbia. Eso es algo que me molesta mucho. Pero enseguida se me pasa.

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