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lunes, 30 de enero de 2017

El estilo ofensivo de Barros Schelotto deja expuestas las falencias en la defensa de Boca

La caída con River confirmó una tendencia de 2016: el bajo nivel de los laterales Peruzzi y Fabra y los centrales Vergini, Insaurralde y Tobio

Insaurralde y Magallán (detrás), dos de los cuatro centrales con los que cuenta Guillermo

 Un suspiro. El fastidio que significó para Boca duró eso. Apenas el tiempo que pasó entre el pitazo final de Néstor Pitana y lo que tardaron los futbolistas en caminar con caras largas hasta el vestuario, ducharse y subir al micro en el que la mayoría del plantel emprendió el regreso a Buenos Aires directamente desde el estadio José María Minella tras la derrota por 2-0 ante Riveren el superclásico.




Axel Werner, Walter Bou y Ricardo Centurión optaron por disfrutar del día libre en esta ciudad. La elección fue buena, porque además de que su plan fue compartir tiempo con sus respectivas familias, este último fin de semana de enero ofreció un clima espectacular, con una temperatura que rozó los 30 grados y con un cielo teñido de un celeste intenso, al que no manchó ni una nube entre sábado y domingo. Fue un gran cierre para los que optaron por veranear este mes.

La evaluación que deja para el cuerpo técnico la derrota ante River es que la última línea de Boca, y en especial la zaga central, no ofrece garantías. Cuando el equipo convierte varios goles, los sobresaltos son breves (como con Racing o ante Colón), pero cuando los de arriba fallan en la definición, los de abajo quedan en evidencia.

Por lo visto anteanoche, cobran fuerza las declaraciones previas al superclásico de Guillermo Barros Schelotto, en donde afirmó que no precisa centrales, y que en esa zona tiene cuatro opciones: Fernando Tobio, Santiago Vergini, Juan Insaurralde y Lisandro Magallán. Cuatro para dos puestos.

Ante River, Tobio volvió a rozar la expulsión. Como ante Estudiantes, cuando a minutos de cerrar un partido que Boca ganaba con claridad, se zambulló con los dos pies para adelante sobre Matías Ahumada. Y a Juan Insaurralde se lo ve desde hace unos meses algo lento de reacción, en un puesto donde la velocidad es clave para no quedar expuesto a que los delanteros ganen las pelotas divididas. La juventud de Driussi y la movilidad de Mora lo expusieron.

Tampoco son indiscutibles los laterales. Gino Peruzzi es el N° 4 titular, pero al igual que en diciembre (cuando cerró para el medio con un cabezazo y Driussi puso el 1 a 1 temporario) volvió a cometer un error que terminó en gol de River, cuando perdió la pelota en una salida y esa jugada finalizó en el penal de Insaurralde que convirtió Driussi. Además, el cuerpo técnico no le encuentra explicación a que cada vez que llega un partido decisivo, el ex Vélez sufre algún inconveniente físico que le impide jugar. A eso se le suma que Leonardo Jara, que durante buena parte de 2016 fue tercera o cuarta opción, hoy vuelva a estar en la consideración de los entrenadores, por su polifuncionalidad (ante River ingresó en el medio campo). Del lado izquierdo, es el propio DT el que intercambia figuritas entre Frank Fabra y Jonathan Silva, y no termina de afianzarse ninguno de los dos.

Es evidente que la última línea, y en especial la zaga central, debe acostumbrarse al estilo de juego que pretenden los Barros Schelotto. La vocación ofensiva de Boca y su constante presión desde el medio campo hacia adelante, obliga a que la defensa se exponga a los mano a mano con los delanteros rivales. El que parecía haberse habituado a ese tipo de juego era Vergini, pero su expulsión ante San Lorenzo le impidió enfrentar a los de Núñez.

El medio campo dejó una buena impresión. Al triángulo Pablo Pérez, Gago y Sebastián Pérez se lo vio aceitado, aunque se trata (por ahora) de una primera impresión. Lo de los dos primeros no es novedad. Desde hace rato que están en un alto nivel, pero el colombiano se acopló con naturalidad a ellos, demostró que por algo Boca se fijó en él y exhibió las cualidades que le permitieron destacarse y alzar la Copa con Atlético Nacional. Pero el hecho de no contar con un volante tapón, de las características de Mauricio Serna o Raúl Cascini, por citar un par de ejemplos recientes del linaje que caracterizó siempre a los N° 5 de Boca, deriva en el riesgo de que es la zaga central la que debe suplir esa carencia.

Fernando Gago fue claro a la hora de señalar ante la prensa por qué perdió Boca ante River: "Ellos encontraron la diferencia con dos goles, uno de pelota parada, que llegaron de dos errores nuestros". Aunque el volante le bajó los decibeles al tropiezo: "Es una derrota en un partido de verano. No se puede dramatizar todo. Perdimos, nos duele, porque es el clásico, pero hay que seguir trabajando y mejorando para llegar de la mejor manera a la reanudación del torneo."

En el contexto de pretemporada, sorprendió la tensión con la que vivió el superclásico Guillermo Barros Schelotto. Es comprensible que no quiera perder, pero su actitud contradijo lo que él mismo había dicho el viernes en conferencia de prensa, cuando minimizó el duelo repitiendo que sólo era un amistoso de verano.

La furia de su expulsión y, sobre todo, la de su hermano Gustavo y Marcelo Gallardo lo llevó al límite, al punto de que en el vestuario del estadio mundialista lo esperó a Pitana para exigirle explicaciones. Alguien muy cercano a él le dio a entender que era algo innecesario y que podría generar más escándalo que soluciones, por lo que finalmente el Mellizo se fue al vestuario.

"A Gustavo y a Gallardo los echa porque entraron un minuto tarde. Pero en el primer tiempo él también tardó en salir y que yo sepa nadie echa al árbitro", dijo con seriedad, pero de pronto mutó sus gestos porque él mismo se tentó de la ocurrencia.

Sí hay un reconocimiento generalizado a la actuación de Axel Werner. El arquero de 20 años estuvo a la altura del desafío, tuvo muy buenas atajadas (en dos ocasiones, con vuelos espectaculares) y se afianza como custodio de los tres palos xeneizes.

Tras el viaje y el descanso, hoy y mañana volverán a verse las caras en el complejo Pompilio, para reanudar los trabajos de pretemporada, y en los primeros minutos del miércoles viajarán rumbo a Guadalajara, donde un día después disputarán un amistoso contra Chivas, en un partido que sólo se verá en la Argentina a través de un streaming vía internet que costará cinco dólares. El viernes 3 Boca trabajará en suelo mexicano y un día más tarde emprenderá el regreso a la Argentina.

Lo que queda claro es que Boca se volvió de Mar del Plata con la preocupación de que deberá trabajar, y mucho, para que el nivel de la zaga central, y de toda la defensa, se equilibre al del resto del equipo.

El verano de la última línea


1| Debió ser roja a Tobio

Boca le ganaba bien a Estudiantes 2-0, pero Tobio salió lejos a marcar sobre el final y le cometió una violenta falta al recién ingresado Ahumada. Vio la amarilla, aunque el primer central debió ser expulsado.

2| Vergini vs. el Ciclón

Santiago conformó la dupla titular con Lisandro Magallán. En el descuento, fue expulsado por una fuerte entrada sobre Mussis. Todo nació de un mal control de la pelota de Vergini.

3| Muy flojos ante River

Sobre todo Insaurralde, que cometió la mano en el penal y luego fue expulsado. Pero toda la defensa jugó mal, desde Peruzzi (error en el inicio de esa jugada), Tobio (perdió en el juego aéreo) y Fabra, que se proyectó poco y en la marca perdió con Mayada y Mora.

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