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martes, 27 de septiembre de 2016

Darío Benedetto: ahora, ante el desafío de sostener el romance con la red

Los motivos por los que el N° 9 apareció en plenitud ante Quilmes y pasó de los silbidos al reconocimiento; el partido de mañana con Lanús, por la Copa Argentina, su próximo reto



debía ser una jornada más la del domingo para Darío Benedetto,pero el comprimido calendario del fútbol argentino le impidió disfrutar de un momento único, irrepetible y que el goleador estaba esperando. Apenas 12 horas después de marcar su primer hat-trick en Boca y ser la descollante figura en la victoria 4-1 sobre Quilmes, el N° 9 ya formaba parte de una nueva rutina de entrenamiento.



No lo evidenció, pero el delantero sabía que todas las miradas, las cámaras y los flashes estarían depositadas en lo que él hiciera, en cada movimiento, en sus gestos, en el complejo Pedro Pompilio. Lo notó también cuando se vio en absolutamente todas las portadas de los diarios. Esos que seguramente compró su abuela, como de costumbre, y que de manera unánime lo premiaron con la máxima calificación: 10.

La vorágine lo obliga a focalizarse pronto en el partido de mañana ante Lanús, por los octavos de final de la Copa Argentina, en el que Boca intentará avanzar un casillero más hacia el destino soñado: alzar un trofeo que para el xeneize tiene como premio extra la clasificación a la Copa Libertadores 2017.

Pero la retrospectiva es necesaria. En apenas siete días, Benedetto cambió silbidos y murmullos reprobatorios por aplausos. Sólo una semana después de aquellas dos oportunidades de gol malogradas ante Godoy Cruz, en Mendoza, el faro del área xeneize fue protagonista de un torbellino irrefrenable: en 18 minutos -desde los 7 hasta los 25- hizo todo a la perfección y su tarea se tradujo en tres goles (uno de taco, otro con una bombazo desde 35 metros y el restante, de cabeza); también ofreció una asistencia lujosa -de taco- para el festejo de Centurión.

"La verdad es que me salió todo. Fue un domingo increíble, pero no me puedo conformar con esto", señaló el chico de la tapa, en radio La Red. Pero también fue sensato: "Lo importante es seguir trabajando y corregir errores, porque si bien en el primer tiempo hicimos un buen partido, en el segundo nos quedamos."

Mucho se habló de la supuesta ayuda mágica de un trébol de cuatro hojas que le acercó una fanática xeneize antes del juego contra Quilmes y que el futbolista tiene guardado en su billetera. Sin embargo, detrás del partido soñado, para Benedetto aparecen hechos mucho más tangibles que permitieron destacarse.

Lo esencial fue que Boca realizó un muy buen partido en ofensiva, en el cual todos los involucrados comprendieron que lo prioritario era abastecer al N°9. En ese sentido, tanto Cristian Pavón como Centurión fueron mucho más generosos y menos individualistas que en tierras mendocinas. Eso se transcribió en más contacto del goleador con el balón (32 anteayer vs. 27 ante Godoy Cruz) y más oportunidades (5 a 3), que no desaprovechó.

También hubo un gran acierto del cuerpo técnico. Para los Mellizos Barros Schelotto hubiera sido más sencillo ensayar con Walter Bou. El partido de mañana con Lanús era una excusa perfecta para darle descanso a Benedetto y evitarle una posible situación incómoda en la Bombonera, ante una nueva e hipotética mala tarde. Nada de eso ocurrió. Después de reemplazarlo en Mendoza casi sobre la hora, más como un castigo por su mala puntería que por una cuestión táctica, los Mellizos contuvieron anímicamente al artillero y lo ratificaron pronto en el equipo. Esa confianza tuvo una respuesta por triplicado.

"Estuve tranquilo durante la semana. Hablé mucho con mi representante (Marcelo Valeri), mi señora y mi familia. El cuerpo técnico y mis compañeros también me apoyaron. Uno trabaja día a día para superarse. La único que me quedaba era estar tranquilo, sabiendo que las situaciones se estaban generando. Sabía que los goles iban a llegar", compartió el goleador.

Hay una realidad. Ni Benedetto era una pésima incorporación hace una semana, ni convertirá de a tres en todos los partidos. Apenas lleva siete encuentros con la casaca azul y oro, aunque hay otro dato que lo deja bien posicionado: hasta el domingo, el último futbolista del club que había convertido un hat-trick en la Bombonera era Martín Palermo. El Titán se los marcó a Colón, en el torneo Apertura 2010.

El goleador sabe que no hay tiempo para perder. Boca tiene en Lanús a un examinador de jerarquía. Hay demasiado en juego para los xeneizes y Benedetto seguramente jugará desde el inicio. "Ojalá podamos pasar a la siguiente ronda, pero será un partido muy difícil y hay que trabajar en estos pocos días para corregir y ajustar cada detalle", expresó quien en Mar del Plata volverá a compartir escenario con Carlos Tevez, con quien el N° 9 no tuvo una buena sintonía en la primera fecha del campeonato, justamente ante Lanús.

Benedetto disfrutó su lógica exposición mediática, consciente que el fútbol ofrece revanchas. De él, y sobre todo del funcionamiento de Boca como equipo, dependerá que su relación con las redes rivales sea cada vez más frecuente.

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